Corresponsabilidad con responsabilidad
Estamos en un período difícil que afecta a todos los niveles de la sociedad
y donde los sistemas sanitarios no están excluidos de esta zozobra. Aparecen voces críticas, a veces interesadas,
no en el bien común sino en el suyo particular;
donde se cuestiona la
financiación del sistema sanitario español, su papel y hasta su existencia, tal como lo conocemos en la actualidad.
Me imagino un escenario donde el sistema sanitario estuviera
en el centro de un auditorium y las voces defensoras y críticas están en las
bancadas del público, “jaleando” sus
fortalezas y sus debilidades en una discusión continua que, a veces, parece que no tiene fin y de las que muchas
veces no se obtienen datos claros para evaluar la situación.
Se habla de financiación, de sociedad
del bienestar, de equidad, de desigualdades entre comunidades y de muchos otros
aspectos que inciden en el propio
sistema sanitario y por el que se defienden posturas, a veces radicales y opuestas, para poder llegar a un acuerdo que mejore la situación.
Llegado a este punto, me hice la
siguiente pregunta: ¿ que
responsabilidad tenían los actores de esta obra de teatro?
Simplificando las cosas tenemos
tres grandes actores en este drama shakesperiano: por un lado, los políticos; por otro, los profesionales y por último, los usuarios. Cada
uno con papeles de desigual importancia, como en una obra de teatro al uso, con
actores principales, secundarios y con extras.
Pero como en la vida real, para
que una obra de teatro tenga éxito, todos los elementos deben actuar al unísono
y en armonía, siendo imprescindibles su hacer responsable, desde el actor hasta el tramoyista, para obtener el éxito final y los aplausos del público.
Empecemos pues con los actores
principales,” los políticos” que a
veces “organizan “y legislan sin adecuarse a los medios de los que disponen, dando lugar a situaciones en el que
el sistema sanitario puede llegar a tensiones difícilmente sostenibles en
tiempos de crisis e hipotecando los futuros años. Reconozco que es fácil dejarse llevar por
ideales o visiones que muchas veces
están fuera de por lo menos mi realidad personal, en las que todo se encuentra
con el telescopio altas miras éticas y pensando en lo mejor para la ciudadanía.
Por otro lado, están los
profesionales, entre los que me incluyo, que entramos en una espiral de trabajo que no entendemos o no queremos
entender y por último los usuarios que al fin están empezando a tener voz y
voto en esta obra.
Por todo esto, creo que para que
todos lleguemos a buen puerto, es
necesario que nos demos cuenta de la responsabilidad que tenemos como participantes
en el mantenimiento del sistema, asesorándonos unos a los otros y aceptando la
parte de responsabilidad que soportamos por ser elementos vivos de este
sistema. Los políticos por las decisiones que toman que afectan directamente al
sistema muchas veces no basadas o
fundamentadas en elementos propios del sistema, los profesionales, aportando
nuestro trabajo y corresponsabilidad en ayudar a la sostenibilidad del sistema
y por supuesto los usuarios haciendo un uso “responsable “de los mismos.
Quizás tendremos que empezar los profesionales
a mirar con amplitud de vista las
decisiones que tomamos cada día en nuestra consulta, logrando una mejor eficiencia y no eficacia
con nuestro trabajo, adecuando los recursos a nuestras posibilidades y no
criticar el despilfarro cuando no sabemos ni siquiera los costes que ocasionamos con nuestras decisiones.
Por supuesto, los políticos deben
de dar ejemplo, y “recortar” donde se debe y no donde se puede y hacer
coparticipes a la sociedad de la necesidad de los mismos, Sin miedo a explicar
hechos difícilmente aceptables para los mismos y fundamentar sus
decisiones en los profesionales o
expertos que tiene el SNS.
Y por fin, los usuarios, tienen
que hacerse corresponsables con el sistema, haciendo un uso racional del mismo,
y financiarlo si fuera necesario para seguir teniendo el sistema lo más
parecido al que existe en la actualidad
En todo sistema en el que los riesgos están fuertemente
asegurados, hay déficit de responsabilidad. Cuando hay alguien que me asegura el servicio o los
medicamentos que necesito, hay alguien que me garantiza un puesto de trabajo
indefinido independientemente del esfuerzo, o simplemente hay alguien que no me puede pedir cuentas de mi gestión
porque no tengo autonomía para realizarla y pedirme cuentas sería como
pedírselas a él mismo; en estos supuestos, no tiene mucha lógica que me
preocupe por asumir responsabilidades como paciente, profesional o gestor. Es
más razonable que me ocupe en intentar aprovechar al máximo el seguro con el que cuento .Vázquez,P. (2006)
Por
tanto tenemos que tener la suficiente responsabilidad para
corresponsabilizarnos con el SNS, con su mantenimiento en los términos que conocemos
Una reflexion muy clara de la situacion que esta viviendo nuestro sistema sanitario, y ante la que no nos podemos quedar a esperar sino actuar para reforzar unos cimientos que se estan desgajando.
ResponderEliminarComparto tu idea de que esto no lo arregla una sola persona sino todos en la parte que a cada uno nos corresponde, pero ha llegado el momento de ser responsables con nosotros y el futuro. Esto esto es de todos y para todos