domingo, 2 de noviembre de 2014

HORARIO PÚBLICO /HORARIO PRIVADO







HORARIO PÚBLICO/ HORARIO PRIVADO

No pretendo comparar, ni analizar las formas de gestión pública ni privada, poco o nada se de la gestión privada  y de algo me estoy enterando de la gestión pública ahora .
Tampoco voy a utilizar  tecnicismos. Voy a hablar de la distinta opinión respecto a una misma realidad , el horario laboral,  la opinión que tiene el profesional y la opinión del ciudadano de a pie, los comentarios que se oyen entre pasillos y salas de estar del  centro sanitario  público en que trabajo.
A un empleado de una empresa privada no creo que  se le pase por la imaginación no cumplir con su horario , no pensar en sus objetivos, o no planificar el trabajo día a día , es algo que ven como consustancial a su trabajo. Por el contrario, algunos de nuestros trabajadores sanitarios  manifiestan una queja continua, con protestas sobre su salarios, sobre su carga intensa de trabajo, etc , mientras que incumplen de forma habitual con su horario, en ocasiones en beneficio de su otra jornada laboral privada y como ocurre con otros estamentos de la sociedad, no pasa nada , pues no tenemos herramientas ni siquiera baremos morales con los que poder sentarnos junto a ellos y hablarlo.  
Reflexionando sobre esta variables, suele coincidir que quien más se manifiesta crítico con el “Sistema”, es quien menos cumple con el , no solo en el momento actual de recortes que nos afectan a todos, esas mismas personas actuaban de la misma forma en la época en que no se había producido una merma de nuestros salarios .
Hace un tiempo, mi anterior gerente hizo un intento de realizar un control sobre el cumplimiento del horario laboral, muchos profesionales manifestaron su descontento con tal medida, especialmente aquellos que de forma reiterada incumplían su horario laboral, tomando tal medida como un Control/Intromisión Ajena , es tan descabellado que un gestor/empresa (en nuestro caso el SAS) que es quien nos contrata y paga nuestros salarios (mejor o peor) intente hacer que el personal (sus empleados) cumplan con los horarios de nuestra actividad.
Solo imagino a un Empleado de un una empresa sanitaria o no, de gestión privada, decidiera que en vez de entrar o salir a la hora establecida, es estableciera, en función de sus deseos/necesidades, una hora de entrada/salida distinta.

Desde luego no todos los empleados públicos actúan de esta manera, solo una minoría, pero que transmiten una imagen que se generaliza en la sociedad, que alguien de una administración publica sea visto con la bolsa de la compra durante su horario laboral daña la imagen de la gran mayoría de los empleados públicos que realiza esas tareas cuando puede.

Esto no tiene nada que ver por supuesto con no intentar compatibilizar en la medida de lo posible nuestro trabajo y conciliar la vida laboral con la vida personal. Esto ocurre en muchos casos a diario. Quien no ha tenido que solicitar un día entrar un poco mas tarde o salir un poco antes por algún motivo especial, para eso esta la flexibilidad y el compañerismo, no me refiero a estos casos en mi reflexión, me refiero a esa pequeña minoría que a determinada hora no esta presente en su puesto de trabajo, lo cual muchas veces supone una sobrecarga para sus compañeros pues han de cumplir con los “imprevistos “ que surgen y que debería solventar el ausente, y además esas personas suelen coincidir con aquellas que siempre indican que están saturados, quizás su saturación disminuyera si el trabajo que realizan se prolongara durante el tiempo del cual se dispone (el tiempo real de jornada laboral) y no de forma “comprimida”.

No sólo me interesa el cumplimiento del horario laboral en el centro de trabajo, me consta , por otro lado, como otra variable a tener en cuenta, que son muchos los profesionales que dedican horas de su vida privada  a su formación y estudio, creo que este horario también debería ser contabilizado. O bien, como ocurre en otros países, disminuir la carga asistencial de forma que parte del horario se dedicara a tareas de educación, formación.

Concluyo en mi reflexión, que la mayoría de los profesionales públicos son unos Profesionales, es lo que explica que se puedan solventar las carencias que de uno u otro modo nos afectan y no se merecen el lastre de aquellos que por el hecho de “ser empleado publico” tienen derecho a lo que ellos estimen conveniente, los que tienen la opinión de que lo publico es de todos y por lo tanto no es de nadie, que la administración es un Ente Abstracto en vez de ser la empresa que nos paga y por lo tanto, ante la que debemos responder. Es el mismo principio que esta extendido entre determinadas personas (el dinero y el tiempo/jornada públicos) son de todos=no son de nadie por tanto y puedo manejarlos a mi antojo.

Al final llegamos a la misma conclusión de siempre los principales valores de la sociedad son la sanidad y la educación , pues creo que el cumplimento horario forma parte de una virtud ciudadana llamada educación pilar y base de toda nuestra sociedad .








sábado, 25 de octubre de 2014


Hola adjunto documento que puede ser interesante en el actual contexto de crisis economica y de valores. Espero que os guste, Saludos de Benito

Manifiesto de los economistas franceses aterrados
CRISIS Y DEUDA EN EUROPA: 10 FALSAS EVIDENCIAS, 22 MEDIDAS EN DEBATE PARA SALIR DEL ATOLLADERO
Introducción
La reactivación económica mundial, lograda por medio de una colosal inyección de gasto público en el circuito económico (de los EEUU a China), es frágil pero real. Un solo continente se queda atrasado, Europa. Encontrar el camino del crecimiento no es su prioridad política. Europa entró en otra vía: la de la lucha contra los déficits públicos.
En la Unión Europea estos déficits son elevados, es verdad, -7% en promedio en el 2010-, pero mucho menos que el 11% de los EEUU. Mientras algunos Estados norteamericanos de peso económico superior al de Grecia, California por ejemplo, están cercanos a la quiebra, los mercados financieros decidieron especular sobre la deuda soberana de los países europeos, particularmente los del sur. Europa está prisionera de su propia trampa institucional: los Estados deben tomar créditos ante instituciones financieras privadas que obtienen liquidez a bajo precio del Banco Central Europeo. Así, los mercados tienen la llave del financiamiento de los Estados. En este marco la ausencia de solidaridad europea suscita la especulación, tanto más cuanto que las agencias de calificación juegan a acentuar la desconfianza.
Fue necesaria la degradación de la nota de Grecia por la agencia Moody’s el 15 de junio, para que los dirigentes europeos retomaran el término de “irracionalidad” que tanto emplearon al inicio de la crisis de los subprimes. De este modo se descubre que España está más amenazada por la fragilidad de su modelo de crecimiento y de su sistema bancario que por su deuda pública.
Para “tranquilizar los mercados” se improvisó un Fondo de estabilización del euro, y se lanzaron por toda Europa drásticos, y a menudo ciegos, planes de reducción del gasto público. Los funcionarios son las primeras víctimas, incluso en Francia, en donde el alza de cotizaciones de su previsión será una disimulada baja de sus salarios. El número de funcionarios disminuye en todas partes, amenazando los servicios públicos. Las prestaciones sociales, de los Países Bajos a Portugal, pasando por Francia con su actual reforma de la previsión, están siendo gravemente amputadas. El paro y la precariedad del empleo crecerán forzosamente en los años venideros. Estas medidas son irresponsables desde un punto de vista político y social, e incluso en el estricto ámbito económico.
Esta política, que ha calmado provisoriamente la especulación, tiene ya
consecuencias sociales muy negativas en numerosos países europeos, particularmente en la juventud, el mundo del trabajo y los más vulnerables. A corto plazo agudizará las tensiones en Europa y con ello amenazará la propia construcción europea que es mucho más que un proyecto económico. Allí la economía debiese estar al servicio de la construcción de un continente democrático, pacificado y unido. En lugar de eso, se impone por todas partes una forma de dictadura de los mercados, y especialmente hoy en día en Portugal, España y Grecia, tres países que aun eran dictaduras a principios de los años 1970, hace apenas cuarenta años.
Que se la interprete como el deseo de “tranquilizar los mercados” por parte de gobiernos asustados, o bien como un pretexto para imponer decisiones dictadas por la ideología, la sumisión
a esta dictadura es inaceptable tanto ha dado ya la prueba de su ineficacia económica y de su potencial destructivo en los planos político y social.
Un verdadero debate democrático sobre las decisiones de política económica debe pues abrirse en Francia y en Europa. La mayor parte de los economistas que intervienen en el debate público lo hacen para justificar o racionalizar la sumisión de las políticas a las exigencias de los mercados financieros. Cierto, en todas partes los poderes públicos debieron improvisar planes keynesianos de reactivación e incluso nacionalizar temporariamente los bancos. Pero quieren cerrar este paréntesis lo más pronto posible. El software neoliberal aun sigue siendo considerado como legítimo, a pesar de sus patentes fracasos. Este, fundado sobre la hipótesis de eficiencia de los mercados financieros, plantea reducir el gasto público, privatizar los servicios públicos, flexibilizar el mercado del trabajo, liberalizar el comercio, los servicios financieros y los mercados de capitales, aumentar la competencia en todo tiempo y lugar...
En tanto economistas, estamos aterrados al ver que estas políticas siguen a la orden del día y que sus fundamentos teóricos no son cuestionados. No obstante, los argumentos avanzados desde hace treinta años para orientar las decisiones de política económica europea son desmentidos por los hechos. La crisis desnudó el carácter dogmático e infundado de la mayor parte de las pretendidas evidencias repetidas hasta la saciedad por quienes deciden y por sus consejeros. Ya se trate de la eficacia y de la racionalidad de los mercados financieros, de la necesidad de mutilar el gasto para reducir la deuda pública o de reforzar el “pacto de estabilidad”, hay que interrogar dichas falsas evidencias y mostrar la pluralidad de decisiones posibles en materia de política
económica. Otras decisiones son posibles y deseables, a condición, primero que nada, de liberarse del dominio impuesto por la industria financiera sobre las políticas públicas.
Hacemos más adelante una presentación crítica de diez postulados que continúan inspirando cada día las decisiones de los poderes públicos en toda Europa, a pesar de los brutales desmentidos aportados por la crisis financiera y sus consecuencias. Se trata de falsedades que inspiran medidas injustas e ineficaces, frente a las cuales proponemos al debate veintidós contra proposiciones. Ellas no cuentan necesariamente con el asentimiento unánime de los signatarios de este texto, pero deben ser tomadas en serio si queremos sacar a Europa del atolladero.
Falsedad n°1: los mercados financieros son eficientes.
Falsedad n°2: los mercados financieros son favorables al crecimiento económico.
Falsedad n°3: los mercados son buenos jueces de la solvencia de los Estados. Falsedad n°4: el aumento de la deuda pública resulta de un aumento del gasto. Falsedad n°5: hay que reducir el gasto para reducir la deuda pública. Falsedad n°6: la deuda pública le hará pagar nuestros excesos a nuestros
nietos.
Falsedad n°7: hay que tranquilizar a los mercados financieros para financiar la deuda pública.
Falsedad n°8: la Unión Europea defiende el modelo social europeo. Falsedad n°9: el euro nos protege contra la crisis.
Falsedad n°10: la crisis griega permitió avanzar hacia un gobierno económico y una verdadera solidaridad europea. 

jueves, 23 de octubre de 2014



¿FUSIÓN IMPOSIBLE?

Todos los profesionales de los hospitales granadinos nos encontramos inmersos en lo que viene denominándose el proceso de fusión, convergencia o integración hospitalaria. 

Desde el comienzo de esta andadura, hemos intentado involucrarnos con entusiasmo y afecto en el mismo. Hemos colaborado activamente cuando se nos ha requerido, desde la participación en los grupos de trabajo de traslado del Hospital Clínico al Parque Tecnológico de Salud (entonces liderado por una empresa asesora externa llamada MENSOR, a la que finalmente perdimos la pista), hasta con las aportaciones de nuestra ya dilatada visión asistencial práctica. 

Cualquier proceso de fusión es costoso, no sólo desde el punto de vista económico sino también emocional. En cierto sentido, puede incluso resultar doloroso para los profesionales a los que afecta. Llevamos años trabajando desde el inmovilismo de nuestro puesto y el cambio puede interpretarse como una amenaza. Las amenazas van más allá de los temores; da vértigo no compartir esquemas de trabajo, valores personales y profesionales o pensar en la posibilidad de verte liderado por alguien sin aptitudes para ello. No obstante, de los cambios surgen las innovaciones y seguro que la convergencia de miembros de dos equipos diferentes supone un enriquecimiento para ambas partes. 

En nuestra ciudad, el proceso de fusión se ha visto complicado por el traslado “inminente” al nuevo hospital, sin duda, situación ilusionante para todos aquellos a los que desde hacía años venía prometiéndosele y a los que finamente se les ha negado. 

A día de hoy son muchas las dudas que aún nos asaltan. No creemos que se trate de poner trabas ni por supuesto boicotear decisiones mayoritariamente aceptadas pero no podemos evitar plantearnos muchas cuestiones a las que, desde exclusivamente el sentido común no encontramos respuesta. 

He aquí algunas de ellas. 

- Realmente, el proceso de fusión ¿aportará todos los valores que se le atribuyen? 

- ¿Hay evidencias constatadas, contrastadas y publicadas de experiencias anteriores? 

- ¿Su generación conllevará una atención más eficaz y más eficiente?

- ¿Está produciendo esta situación un impacto positivo sobre los profesionales que tienen que llevarla a cabo?

- ¿Por qué se crean falsa expectativas con plazos que nunca llegan a cumplirse?

- ¿Es sostenible en esta época de crisis, realizar, no un traslado sino cuatro, con las correspondientes remodelaciones arquitectónicas asociadas?

- ¿Es técnica y materialmente posible realizar la mudanza de cuatro centros?

- Realmente, ¿han sido los profesionales sanitarios los que han demandado esta opción?

- ¿Saldremos alguna vez de la interminable situación de “dialogo competitivo“ en la que actualmente nos encontramos?

- ¿Qué ocurrirá con los líderes? ¿Será realmente líderes con materia de ello y por tanto elegidos por su servicio? 

- ¿Qué futuro le espera al antiquísimo, pero no por ello, menos respetado Hospital Universitario San Cecilio?

Nos gustaría poder contar con la solución a las mismas. Este sentimiento de incertidumbre, vulnerabilidad y fragilidad nos envuelve a muchos de los que con ilusión, creemos en el sistema sanitario público y trabajamos con la esperanza de que se mantenga y sea mejor. 

Desde aquí invitamos a nuestros directivos a conocer más de cerca la actividad asistencial que con ahínco desempeñamos día a día. Quizás, desde esta perspectiva muchas de nuestras dudas e impotencias puedan ser entendidas, justificadas y a lo mejor respondidas. 

Seguro que el tiempo dará solución a las cuestiones y reflexiones que aquí se exponen. Esperamos y deseamos que este proyecto culmine con éxito. A pesar de nuestra desconfianza sobre la viabilidad de todo ello continuaremos defendiendo los valores que justifican nuestra empresa, incluido el trabajo en equipo con sentimiento de pertenencia.

martes, 14 de octubre de 2014

Como mal-gestionar en sanidad

La gestión está de moda. Esto es un hecho incuestionable, como que Dios existe o que Gran Hermano llegará a su vigésima edición en España.
Todo el mundo sabe de gestión me atrevería a decir. Está el vecino gestor, el amigo gestor, el gestor de tu tiempo, de tus tareas y hasta de tu ocio.
Pero hay otra raza de gestores en el firmamento, los politicos de nuevo cuño. Estos personajes, están ahí, gestionando nuestras vidas, nuestro presupuestos, nuestros hospitales y nuestros colegios. Pero que sabemos de ellos? Son gestores de carrera? Tienen pedigree?
Lo que me ofrece el PP
Cuando vamos a operarnos de una hernia, tenemos la extraña costumbre de acudir a un médico, que bien conocemos, bien a operado a algún familiar o conocido, o quizás que nos lo ha recomendado alguien de nuestra confianza.
Sin embargo cuando votamos a un partido, o peor, si encima no han ganado las elecciones, solemos ser conformistas y arrefléxicos.

Nos da igual que nuestra ministra de Sanidad, Ana Mato sea una licenciada en ciencias políticas y que su único mérito sea haber sido profesora-tutora en la UNED. Sin embargo, su carrera política anda ya por los 30 años (y tiene 54 años).
Lo que me ofreció el PSOE
Que decir de su antecesora la señorita Leire Pajín, algo mas joven e inexperta, con mayor trayectoria política y menor trayectoria sanitaria aun. Creo que de ella es la famosa frase de "La utilicé porque era un regalo y me gustaba. No tengo nada mas que decir"-refiriéndose a la pulsera Power Balance que portaba en su muñeca.
Para que no veáis que hay connotaciones políticas, os he dado un ejemplo de cada ideología política mayoritaria en España, pero podría añadir muchos mas: Celia Villalobos, Elena Salgado, Trinidad Jimenez... Lo de Celia fue una monería. En plena crisis de las vacas locas dijo que por si acaso ella no le echaba los huesos de ternera al caldito.

Ayer leí en el periódico sobre Ana Mato y lo bien que hemos gestionado los traslados de los dos infectados por el Ebola, que tan trágicamente fallecieron en el hospital Carlos III. También he leído que ella, en nombre del Estado Español, se ofrece a asesorar a otros países sobre como hemos gestionado estos traslados y estas estancias en el hospital. Al poco me ha llegado un tuit de que el consejero de Salud de Málaga, Daniel Perez, dice que en Málaga estamos a tope y sabemos gestionar lo del Ebola. Y todo esto después de la cagada, con perdón, de Ana Mato. Como bien dijo Groucho Marx, ¿No es mejor callarse la boca y parecer tonto que abrirla y disipar toda duda?
Malaguismo en estado puro

En el mejor de los casos, supongamos que lo ha dicho y bien dicho está. Los Hospitales malagueños se convertirán en el centro de referencia del Ebola en España. Errrooooor!! Nunca te expongas tan gratuitamente, y menos sin conseguir nada a cambio.
En el peor de los casos, lo ha dicho y es mentira, aquí nadie sabe nada del ébola, de sus trajes de protección individual, de aislamientos ni de vías de contagio. Pues entonces se va a liar parda y se va a llenar esto de muertos, demandas y pacientes alarmados con o sin motivo, como ha pasado en Madrid claramente la pasada semana.
En fin lo unico que me queda claro es que estos dos saben tanto de medicina o de salud, como yo de gestión y que si el ébola va a suponer el fin del mundo, al menos que me pillen confesado
¡Camarero, otro Gin tonic, por favor!

lunes, 6 de octubre de 2014

Corresponsabilidad con responsabilidad


Corresponsabilidad con responsabilidad
Estamos en  un período difícil  que afecta a todos los niveles de la sociedad y donde los sistemas sanitarios no están excluidos de esta zozobra.  Aparecen voces críticas, a veces interesadas, no en el bien común sino en el suyo particular;  donde se cuestiona  la financiación del sistema sanitario español, su papel  y hasta su existencia,  tal como lo conocemos en la actualidad.
Me imagino  un escenario donde el sistema sanitario estuviera en el centro de un auditorium y las voces defensoras y críticas están en las bancadas del público, “jaleando” sus  fortalezas y sus debilidades en una discusión continua que,  a veces, parece que no tiene fin y de las que muchas veces no se obtienen datos claros para evaluar la situación.
Se habla de financiación, de sociedad del bienestar, de equidad, de desigualdades entre comunidades y de muchos otros aspectos  que inciden en el propio sistema sanitario y por el que se defienden posturas,  a veces radicales y opuestas,  para poder llegar a un acuerdo que mejore  la situación.
Llegado a este punto, me hice la siguiente pregunta:  ¿ que responsabilidad tenían los actores de esta obra de teatro?
Simplificando las cosas tenemos tres grandes actores en este drama shakesperiano: por un lado, los políticos;  por otro,  los profesionales y por último, los usuarios. Cada uno con papeles de desigual importancia, como en una obra de teatro al uso, con actores principales, secundarios y con extras.
Pero como en la vida real, para que una obra de teatro tenga éxito, todos los elementos deben actuar al unísono y en armonía, siendo imprescindibles su hacer responsable,  desde el actor hasta el tramoyista,  para  obtener el éxito final y los aplausos del público.


Empecemos pues con los actores principales,” los políticos” que  a veces  “organizan “y legislan  sin adecuarse a los medios de los que  disponen, dando lugar a situaciones en el que el sistema sanitario puede llegar a tensiones difícilmente sostenibles en tiempos de crisis e hipotecando los futuros años.  Reconozco que es fácil dejarse llevar por ideales o visiones que muchas veces  están fuera de por lo menos mi realidad personal, en las que todo se encuentra con el telescopio altas miras éticas y pensando en lo mejor  para la ciudadanía.
Por otro lado, están los profesionales, entre los que me incluyo, que entramos en una espiral  de trabajo que no entendemos o no queremos entender y por último los usuarios que al fin están empezando a tener voz y voto en esta obra.
Por todo esto, creo que para que todos lleguemos a  buen puerto, es necesario que nos demos cuenta de la responsabilidad que tenemos como participantes en el  mantenimiento del sistema,  asesorándonos unos a los otros y aceptando la parte de responsabilidad que soportamos por ser elementos vivos de este sistema. Los políticos por las decisiones que toman que afectan directamente al sistema  muchas veces no basadas o fundamentadas en elementos propios del sistema, los profesionales, aportando nuestro trabajo y corresponsabilidad en ayudar a la sostenibilidad del sistema y por supuesto los usuarios haciendo un uso “responsable “de los mismos.



Quizás tendremos que empezar los profesionales a mirar con amplitud de vista  las decisiones que tomamos cada día en nuestra consulta,  logrando una mejor eficiencia y no eficacia con nuestro trabajo, adecuando los recursos a nuestras posibilidades y no criticar el despilfarro cuando no sabemos ni siquiera los costes que  ocasionamos con nuestras decisiones.
Por supuesto, los políticos deben de dar ejemplo, y “recortar” donde se debe y no donde se puede y hacer coparticipes a la sociedad de la necesidad de los mismos, Sin miedo a explicar hechos difícilmente aceptables para los mismos y fundamentar sus decisiones  en los profesionales o expertos que tiene el SNS.
Y por fin, los usuarios, tienen que hacerse corresponsables con el sistema, haciendo un uso racional del mismo, y financiarlo si fuera necesario para seguir teniendo el sistema lo más parecido al que existe en la actualidad
En todo sistema en el que los riesgos están fuertemente asegurados, hay déficit de responsabilidad. Cuando hay alguien que me asegura el servicio o los medicamentos que necesito, hay alguien que me garantiza un puesto de trabajo indefinido independientemente del esfuerzo, o simplemente hay alguien que no me puede pedir cuentas de mi gestión porque no tengo autonomía para realizarla y pedirme cuentas sería como pedírselas a él mismo; en estos supuestos, no tiene mucha lógica que me preocupe por asumir responsabilidades como paciente, profesional o gestor. Es más razonable que me ocupe en intentar aprovechar al máximo el seguro con el que cuento  .Vázquez,P. (2006)
 

miércoles, 1 de octubre de 2014

Necesitamos lideres o gestores

Todos los líderes son gestores, pero no todos los gestores son líderes.


Ya no hay que entender un líder como Gandhi o Malcolm X. Los líderes son ahora más mundanos, como Jorge Javier Vázquez (líder de audiencia en su franja horaria), Eric Clapton (líder de la banda Dire Straits durante su existencia) o Miguel Indurain (lider de la vuelta ciclista a España, Tour de France o Giro de Italia durante tantas ediciones).
Es fácil por tanto dar unos cuantos nombres cuando alguien nos pide un ejemplo de líder. Todos tenemos alguno en el ámbito político, deportivo, musical, etc..
Sin embargo, ¿que pasa cuando intentamos pensar en gestores?
jefe-lider.jpg
Joder, yo en mi caso pienso en los “men in black” y automáticamente me salen sarpullidos y me llora el ojo izquierdo. Gestor suena a control, a tipo con traje, chistera y a veces puro, con un indisoluble tufo económico que lleva aparejado la palabra. Sin embargo todos “gestionamos” algo: una casa, una familia, una lista de la compra o una comunidad de vecinos.
Si ya nos centramos en el ambito de la salud, ¿quiero decir con ello que deberíamos auto-gestionarnos, como lo hacemos en nuestras casas? Creo que la respuesta es obvia si pensaramos nuestro hospital o unidad sin ningún tipo de control, jefe o alguien a quien rendir cuentas. Igual funcionaría mejor la sanidad pública, pero en principio, hemos de deshechar esa respuesta.
De donde salen los gestores, me preguntaba un compañero el otro día. No tengo ni idea, le dije. Quizás de escuelas de gestión, por generación espontánea, por herencia Mendeliana. Pero ahí están, y cada vez hay más, al mismo tiempo que hay menos tropa, menos infantería.
Los líderes salen del pueblo, del hospital, del servicio, de la comunidad científica de tu entorno, pero es raro que salgan de la nada. Es fácil verlos venir, de lejos, labrando su carrera, ganando adeptos y reclutando paisanos.
Es posible que un líder tenga un carácter más visceral, pero con una adecuada formación son más poderosos que un gestor para hacer el mismo trabajo, por una simple razón, porque a un líder se le sigue hasta el infinito y a un gestor se le sigue...la corriente.
Los gestores tienen subordinados, los líderes seguidores. Gestionar es controlar a un grupo de personas para conseguir una meta, liderar es la habilidad de influir, motivar y hacer partícipe al grupo del éxito de la unidad. Es la eterna batalla entre liderar personas y gestionar el trabajo.